jueves, 29 de octubre de 2009

LOS RASTROS MUNICIPALES

Cuarterías de tortura y suciedad

Shagal Cacho López

Los rugidos de dolor estremecen a cualquiera que presencia por primera vez la muerte de un animal de sacrificio. En la mayoría de los rastros, todos los días se realiza un espectáculo espeluznante de rostros agonizantes y bramidos, mientras los carniceros encajan el cuchillo con agilidad.
Ubicado en el oriente del Valle de México, el rastro de Los Reyes la Paz tiene un matadero que está constantemente inundado de sangre. Allí, los restos de animales muertos son aventados como basura de desecho y la tortura es cosa de todos los días.
Después de que las bestias avanzan por la rampa del corral que los conducirá a unas mesas de sacrificio, son golpeados y mojados
con agua hirviendo para detener sus ánimos de huída.
Sobre este asunto, la doctora Aline Schunneman De Aluja, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México comenta:
“El problema de los rastros municipales es que en muchos, no hay una inspección sanitaria, todos los rastros tienen que tener un médico que haga la inspección sanitaria, pero si usted va a muchos de los rastros de los pueblos, no hay. Dicen que hay, pero si usted está allí, usted verá que no hay. Entonces esa carne no tiene ninguna garantía de que es comestible”.
La maquinaria económica de los productos cárnicos es generosa. Tan sólo en el periodo comprendido entre 1996 y 2003, las exportaciones de esta industria pasaron de 117.4 millones de dólares a 260.2 millones, según datos recientes del Banco Nacional de Comercio Exterior.
Pero sólo el 25 por ciento de la carne procesada en México es la que llega de los rastros regulados por inspección federal. De estos productos, sólo una parte se destina al comercio nacional y todo el restante se exporta principalmente a Japón, Estados Unidos, Guatemala, Venezuela y la Unión Europea.
Estudios realizados por la UNAM y la Comisión Nacional para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), indican que por lo general, los rastros municipales no operan conforme a la normatividad porque carecen de personal calificado, equipamiento, e instalaciones adecuadas. Escuchemos a José Luis Flores luna, director ejecutivo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, enumera las irregularidades encontradas por la entidad en los mataderos, tras un estudio realizado en el país:
“Había, obviamente, desde problemas básicamente de inspección veterinaria, ante y post mortem, que no permitían la identificación de animales no aptos para el consumo humano. Había deficiencias en la insensibilización previa a la matanza, en cuanto a la dinámica de la faena seguía habiendo mucha matanza en el piso, una matanza elevada”.
De acuerdo con la Cofepris, en México se consumen aproximadamente 50 toneladas de carne al año. De esta cifra, el ciudadano promedio ingiere al año 20 kilogramos de carne bovina, 15.6 kilos son productos porcinos, 25 kilos de carne avícola y 1.4 kilos corresponden a productos ovinos y caprinos.
Las autoridades de esta dependencia han concluido que el asunto de la salud pública no es precisamente una prioridad para los rastros municipales… Habla Marcelo Signorini Porchietto:
“Se caracterizó su nivel de riesgo… luego se mandó esta información a todos los gobernadores del país… haciendo tanto el diagnóstico nacional como el específico de su estado… y además se les exhortó… de tal forma que ellos supieran y estuvieran concientes de que a los rastros se les debe de dar atención, se les debe inyectar recursos… porque va a tener un beneficio en la salud de la población”.
El stress de los animales es dañino incluso para el consumo humano, porque provoca la liberación de hormonas que repercuten en la calidad de la carne, que muchas veces se adicionada con clembuterol para la engorda…
En este sentido, la presidenta del Comité Pro-Animal, Mara Montero Muñoz dice que “ya no somos tan optimistas como para pedir que a la autoridad le importen los animales, pero suponemos que sí le importa a la gente, queremos pensar. Pero si ni siquiera les importa la gente, entonces ya no sé que puede motivar a estas dependencias a asumir su responsabilidad. Para mí, los mandatos de la ley son clarísimos”.
En la COFEPRIS se asegura que la norma oficial de sanidad 194, que entrará en vigor el próximo 17 de septiembre, “es una norma realista”, porque “considera la situación en que se encuentran los rastros y establece los requisitos mínimos para poder darle una mejora sustancial a la carne”. Pero algunos advierten que dicha medida podría no ser suficiente. José Luis Flores Luna, subdirector de impactos poblacionales de la Cofepris subraya:
“Y aquí vale la pena hacer la aclaración. Es obligación de los gobernadores y de los presidentes municipales, hacer las inversiones, o sea que nosotros nada más damos una idea, pero es responsabilidad del gobierno estatal y ahí es donde interviene el gobernador. Ahí es donde es importante el compromiso político de los gobernantes”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario