jueves, 29 de octubre de 2009

DESAPARICIÓN DE MENORES

Diagnóstico de los extravíos, sustracciones y robos infantiles

Shagal Cacho

“El día de hoy le puedes preguntar a los niños en la calle, en una escuela, qué es lo que tendrían que hacer si en este momento se pierden, y si acaso, te va a contestar solamente uno, algunas cosas que tal vez le puedan servir, porque no tenemos una cultura de prevención”, advierte Julio César García Marín, de la Fundación Infantil Recupera.

Los menores de edad representan cerca del 30% de la población mexicana, y son los más propensos a sufrir robo, sustracción, adopción ilegal o secuestro. El robo y la sustracción de infantes no son delitos del fuero federal y no hay instancias de gobierno especializadas en atender esta problemática, lo cual hace más difícil la captura de delincuentes.

“Donde los delincuentes se aprovechan es porque el delito es del fuero común, no delito federal. La PGR hace su labor en servir a la comunidad, ¿cómo?, dando un apoyo a los padres de búsqueda, pero desgraciadamente no tiene competencia para actuar”, comenta María Elena Solís Gutiérrez, de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos.

Aunque no hay cifras oficiales, las organizaciones civiles estiman que en los últimos 5 años han desaparecido al menos 80 mil menores por diferentes causas. Tijuana, Ciudad Juárez, Tapachula, Cancún, Acapulco y Guadalajara son las ciudades con mayor incidencia.

El robo y el secuestro no siempre se pueden evitar. Pero su incidencia depende considerablemente del cuidado que los padres le tengan a sus hijos.

“Hubo momentos en que los jóvenes, y sigue siendo una constante, son más atractivos para el secuestrador, en virtud de que los jóvenes tienen menos medidas de precaución”, señala Jesús Jiménez Granados, Fiscal para la Seguridad de las Personas e Instituciones de la PGJDF.

“A veces se comete la imprudencia de decir lo que no se tiene, la presunción en la juventud es muy arraigada y eso puede llegar a oídos de personas con no muy buenos propósitos”, expresa Jiménez Granados.

La sustracción de menor es el delito más común. Ocurre cuando un progenitor huye ilegalmente con sus hijos, luego de separarse del cónyuge. Por lo general, son las madres quienes obtienen la guardia y custodia después de un largo proceso legal.

“Tengo la custodia, todo, todo, demostré que este señor hasta se metió a robar a una casa de su ex novia y me dicen: pues si lo encuentras, mandas traer una patrulla y hacemos lo demás. Pero pues a veces a este señor nunca lo encuentro, nunca se sabe dónde está”, manifesta Karina Domínguez Rodríguez, víctima de la sustracción de su hijo.

“Muchos hombres toman la salida, nada justificada, nada aconsejable, pero fácil a fin de cuentas, de tomar al menor y retirarse del lugar donde estén. Lo más lógico es que intentan irse a otro estado, incluso intentan irse a otro país”, explica Raúl Meléndez García, de la Asociación Mexicana de Madres y Padres Separados.

También sucede que ante la falta de recursos, los padres venden o regalan a sus hijos para solucionar temporalmente sus problemas económicos.

La fundación infantil "Recupera" expresa que, en su mayoría, las desapariciones suceden por falta de información al respecto y que sólo disminuirán cuando se adopte una cultura de prevención del delito.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia dice que por cada adopción que se realiza en el mundo, hay tres ilegales.

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