POTENCIAL SEMILLERO DE CHARLATANES
El comercio sexual es uno de los negocios más pujantes y engañosos. En supermercados, farmacias, o tianguis sobre ruedas, se promueve diariamente un sinnúmero de artículos que prometen desde tratar problemas disfuncionales, aumentar la satisfacción sexual, y hasta hacer crecer el pene, pero sin considerar los efectos a la salud del consumidor.
Shagal Cacho
La línea divisoria entre satisfacción y hedonismo sexual es casi imperceptible y para cumplir sus fantasías amatorias, el hombre busca todo tipo de técnicas, fórmulas químicas o remedios caseros, con tal de exaltar sus sentidos al máximo y hacer del sexo un verdadero arte.
Y si de lucrar se trata, la industria del placer es un nicho de oportunidades generoso y rentable, pues en todos lados se venden productos afrodisiacos, medicinas, o manuales. Incluso, en los periódicos aparecen anuncios de supuestos consultorios que dicen atender todo tipo de disfunciones sexuales.
Los “medicamentos” contra este tipo de enfermedades ofrecen una amplia gama de posibilidades para el que desea su sexualidad. Incluso, hay quienes venden sus propios medicamentos homeopáticos, argumentando que éstos no requieren de recetas médicas.
Pero lo que la gente no sabe, o no considera, es que el Reglamento de Insumos para la Salud dice en su artículo 64 que “en la formulación de un medicamento homeopático no podrá incluirse procaína, efedrina, yohimbina, chaparral, germanio, hormonas animales o humanas, u otras sustancias que tengan actividad hormonal o antihormonal”.
Y es que la incidencia de padecimientos por disfunciones sexuales es elevada. Por lo menos 52 por ciento de los varones mayores de 40 años tienen algún tipo de disfunción sexual y 9 de cada diez hombres de cualquier edad, registra algún grado de disfunción eréctil en cualquier etapa de su vida.
Esto ha originado que los tratamientos y medicinas contra enfermedades sexuales tengan tanto éxito en los mercados. De hecho, hay quienes aseguran que gracias a la aparición de medicamentos como Viagra, Cialis o Levitran, el trabajo de los urólogos ha aumentado hasta en 300 por ciento desde que estos compuestos se empezaron a vender en 1998.
Si no lo tienen, lo inventan
En las calles Tenochtitlán y Aztecas del barrio de Tepito, en el Distrito Federal, se lucra con la expectativa de alcanzar una vida sexual plena. En el lugar abundan los puestos ambulantes cuyos tenderos están dispuestos a venderle todo tipo de ilusiones con tal de sacar dinero. Se ofrecen jarabes, polvos, soluciones, pomadas y hasta pastillas que dicen curar todo tipo de problemas.
Pero en otros mercados como el de San Felipe o La Merced, también se ofertan productos como el Viagra Femenino -que fue prohibido en 2004 por la industria farmacéutica de Estados Unidos-, pasando por el Levitran o Cialis piratas, hasta los menos conocidos, pero igualmente milagrosos que aseguran garantizar la satisfacción carnal de los más exigentes.
Y no solo tienen remedios para disfunciones sexuales, también hay “medicinas” que prometen aumentar la excitación, prolongar el tiempo de duración del coito o hacer crecer el pene.
En Tepito, el Levitra cuesta entre 80 y 120 pesos; el Viagra, entre 100 y 200 pesos; el Cialis, de una sola pastilla, 60 pesos y el Retardín, 65 pesos.
De entre los productos que más se venden están: Viagra, Crecifor, Supersex, Miel de Amor, Power-Potencia, Power Sex, Retardín, Cialis, Ritual de Orubba y la famosa Yohimbina, en tres presentaciones.
Pero, ¿Porqué algunas fórmulas no son medicamentos, o que no deben venderse sin receta médica se comercian con éxito en el mercado informal? Para los especialistas, el problema es que no hay educación sobre la prevención y el cuidado de enfermedades venéreas.
El urólogo Gabriel Catalán Quinto asegura que “Generalmente el paciente no va a pedir ayuda, no va con un médico, no va con una persona de medicina alternativa, sino que va directamente a comprar el producto. Un producto que le promete cosas que tal vez no cumpla, un producto que le crea falsas expectativas, un producto que es accesible desde el punto de vista económico y por otro lado, es accesible porque te lo llegan a enviar hasta tu domicilio”.
Información publicada por la Procuraduría Federal del Consumidor, (Profeco), indica que los medicamentos para atender problemas de disfunción eréctil también se venden en el mercado informal, pero son falsificados, o en el mejor de los casos se venden muestras médicas no negociables.
Algunas irregularidades encontradas en los fármacos del mercado informal, según los análisis de laboratorio de la Profeco son:
Los empaques o cajas no son los originales; las cajas no contienen el adherible oficial plateado del laboratorio fabricante; no contienen ninguna información de certificación sanitaria para el consumidor y ninguna leyenda que avale que se trata de un medicamento de patente; o la forma y contenido del medicamento pirata no son los mismos que los del reglamentario, ya que, por ejemplo, el Viagra original no se vende como una cápsula, sino que tiene la forma de un rombo.
Según dichos estudios, la cápsula del supuesto Viagra que se vende en los puestos ambulantes fue sometida a tres exámenes de laboratorio y en éstos se encontró que el producto original no se disuelve en el agua, a diferencia del falsificado.
“El punto de fusión de ambos productos es diferente al someterse a la acción de la temperatura, ya que tanto el original como el pirata dejaron de ser sólidos y se fundieron, pero a temperaturas diferentes y la huella espectroscópica infrarroja del compuesto químico del producto apócrifo es distinta a la del original”, señala el informe de esa instancia.
Natural no significa inofensivo
Si a lo que usted le apuesta es a las yerbas, en los tianguis sobre ruedas y, principalmente en el Mercado de Sonora, se pueden conseguir plantas y preparados para todo encuentro sexual; Perita de Pino, Gobernadora, Damiana de California, Yohimbina, Ginseng y Mosca Española, por mencionar algunos.
Durante los últimos años, los productos herbolarios han tenido un gran auge en el mundo occidental, incluyendo a México, debido a que el público en general, e incluso algunos expertos, los consideran de acción terapéutica y con pocos efectos secundarios.
“El problema es que muchos de estos no tienen suficientes evidencias de su eficacia y seguridad, no cumplen con lo necesario para ser considerados como medicamentos y en ocasiones se comercializan cometiendo fraudes al consumidor por ser ineficaces, porque constituyen riesgos a la salud debido a sus efectos adversos” señala el informe Hacia una Política Farmacéutica Integral para México, emitido por la Secretaría de Salud.
Según el artículo 88 del Registro de Insumos para la Salud, “Los remedios herbolarios no contendrán en su formulación sustancias estupefacientes o psicotrópicas (...) u otras sustancias que generen actividad hormonal, antihormonal o cualquier otra sustancia en concentraciones que represente riesgo para la salud”.
Desde 1999, en nuestro país se prohibió el uso de más de 76 plantas para la elaboración de infusiones y suplementos alimenticios, debido a sus características de toxicidad. Entre estas están Larrea Tridentata, mejor conocida como Gobernadora y Pausinystalia Yohimbe, o Yohimbina.
Vaya a lo seguro
“Cuando no sabemos qué estamos tomando, siempre vamos a tener riesgos, todo depende del compuesto, de la sensibilidad de nuestro organismo y de la cantidad que tomemos. De manera que, por su puesto que pueden afectar tu salud. Si los medicamentos que conocemos tienen contraindicaciones, aún con todos los años de investigación que tienen de tras, estos medicamentos que no conocemos, pues probablemente aún más”, señala Gabriel Catalán.
De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, el impacto de los productos milagro “radica en el daño potencial que representan para los consumidores, quienes a partir de un engaño publicitario pueden no darse cuenta de que sufren una enfermedad, cuando alguna sustancia paliativa disfraza los síntomas de ésta”.
Las acciones emprendidas para poner en orden a los productos milagro y a los pirata, han sido algunas modificaciones a la ley General de Salud y la ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, a fin de que no se comercie con productos que contengan publicidad engañosa; se castigue hasta con 10 años de cárcel y se cobren elevadas multas a quienes violen tales disposiciones.
Además, las prescripciones médicas, herbolarias o incluso homeópatas, deben incluir en su presentación: el nombre del compuesto, la lista de ingredientes que componen dicha fórmula, la fecha de caducidad, las contraindicaciones y otros requisitos que contiene la Norma Oficial Mexicana sobre Etiquetado de Medicamentos Homeopáticos y Remedios Herbolarios.
De hecho, los verdaderos especialistas preguntan a sus pacientes cuáles son sus alergias y sin son sensibles a cierto tipo de medicamentos, antes de recetarles. En entrevista con este reportero, Gabriel Catalán aseguró que “el único objetivo de tantos y tantos productos para la disfunción eréctil que venden a granel, es el de ganar dinero, no importando la salud del paciente. Haz un análisis y verás cómo no les importa la salud del paciente”.
Pero en tanto no se eliminen estas prácticas comerciales, las muestras médicas que se venden en forma clandestina, las medicinas caducas y los productos apócrifos y piratas, seguirán provocando que la gente no acuda a un médico certificado, no concluya sus tratamientos, o se automedique con fármacos que sólo pueden utilizarse bajo estricta supervisión médica y pongan en riesgo su propia salud.
El comercio sexual es uno de los negocios más pujantes y engañosos. En supermercados, farmacias, o tianguis sobre ruedas, se promueve diariamente un sinnúmero de artículos que prometen desde tratar problemas disfuncionales, aumentar la satisfacción sexual, y hasta hacer crecer el pene, pero sin considerar los efectos a la salud del consumidor.
Shagal Cacho
La línea divisoria entre satisfacción y hedonismo sexual es casi imperceptible y para cumplir sus fantasías amatorias, el hombre busca todo tipo de técnicas, fórmulas químicas o remedios caseros, con tal de exaltar sus sentidos al máximo y hacer del sexo un verdadero arte.
Y si de lucrar se trata, la industria del placer es un nicho de oportunidades generoso y rentable, pues en todos lados se venden productos afrodisiacos, medicinas, o manuales. Incluso, en los periódicos aparecen anuncios de supuestos consultorios que dicen atender todo tipo de disfunciones sexuales.
Los “medicamentos” contra este tipo de enfermedades ofrecen una amplia gama de posibilidades para el que desea su sexualidad. Incluso, hay quienes venden sus propios medicamentos homeopáticos, argumentando que éstos no requieren de recetas médicas.
Pero lo que la gente no sabe, o no considera, es que el Reglamento de Insumos para la Salud dice en su artículo 64 que “en la formulación de un medicamento homeopático no podrá incluirse procaína, efedrina, yohimbina, chaparral, germanio, hormonas animales o humanas, u otras sustancias que tengan actividad hormonal o antihormonal”.
Y es que la incidencia de padecimientos por disfunciones sexuales es elevada. Por lo menos 52 por ciento de los varones mayores de 40 años tienen algún tipo de disfunción sexual y 9 de cada diez hombres de cualquier edad, registra algún grado de disfunción eréctil en cualquier etapa de su vida.
Esto ha originado que los tratamientos y medicinas contra enfermedades sexuales tengan tanto éxito en los mercados. De hecho, hay quienes aseguran que gracias a la aparición de medicamentos como Viagra, Cialis o Levitran, el trabajo de los urólogos ha aumentado hasta en 300 por ciento desde que estos compuestos se empezaron a vender en 1998.
Si no lo tienen, lo inventan
En las calles Tenochtitlán y Aztecas del barrio de Tepito, en el Distrito Federal, se lucra con la expectativa de alcanzar una vida sexual plena. En el lugar abundan los puestos ambulantes cuyos tenderos están dispuestos a venderle todo tipo de ilusiones con tal de sacar dinero. Se ofrecen jarabes, polvos, soluciones, pomadas y hasta pastillas que dicen curar todo tipo de problemas.
Pero en otros mercados como el de San Felipe o La Merced, también se ofertan productos como el Viagra Femenino -que fue prohibido en 2004 por la industria farmacéutica de Estados Unidos-, pasando por el Levitran o Cialis piratas, hasta los menos conocidos, pero igualmente milagrosos que aseguran garantizar la satisfacción carnal de los más exigentes.
Y no solo tienen remedios para disfunciones sexuales, también hay “medicinas” que prometen aumentar la excitación, prolongar el tiempo de duración del coito o hacer crecer el pene.
En Tepito, el Levitra cuesta entre 80 y 120 pesos; el Viagra, entre 100 y 200 pesos; el Cialis, de una sola pastilla, 60 pesos y el Retardín, 65 pesos.
De entre los productos que más se venden están: Viagra, Crecifor, Supersex, Miel de Amor, Power-Potencia, Power Sex, Retardín, Cialis, Ritual de Orubba y la famosa Yohimbina, en tres presentaciones.
Pero, ¿Porqué algunas fórmulas no son medicamentos, o que no deben venderse sin receta médica se comercian con éxito en el mercado informal? Para los especialistas, el problema es que no hay educación sobre la prevención y el cuidado de enfermedades venéreas.
El urólogo Gabriel Catalán Quinto asegura que “Generalmente el paciente no va a pedir ayuda, no va con un médico, no va con una persona de medicina alternativa, sino que va directamente a comprar el producto. Un producto que le promete cosas que tal vez no cumpla, un producto que le crea falsas expectativas, un producto que es accesible desde el punto de vista económico y por otro lado, es accesible porque te lo llegan a enviar hasta tu domicilio”.
Información publicada por la Procuraduría Federal del Consumidor, (Profeco), indica que los medicamentos para atender problemas de disfunción eréctil también se venden en el mercado informal, pero son falsificados, o en el mejor de los casos se venden muestras médicas no negociables.
Algunas irregularidades encontradas en los fármacos del mercado informal, según los análisis de laboratorio de la Profeco son:
Los empaques o cajas no son los originales; las cajas no contienen el adherible oficial plateado del laboratorio fabricante; no contienen ninguna información de certificación sanitaria para el consumidor y ninguna leyenda que avale que se trata de un medicamento de patente; o la forma y contenido del medicamento pirata no son los mismos que los del reglamentario, ya que, por ejemplo, el Viagra original no se vende como una cápsula, sino que tiene la forma de un rombo.
Según dichos estudios, la cápsula del supuesto Viagra que se vende en los puestos ambulantes fue sometida a tres exámenes de laboratorio y en éstos se encontró que el producto original no se disuelve en el agua, a diferencia del falsificado.
“El punto de fusión de ambos productos es diferente al someterse a la acción de la temperatura, ya que tanto el original como el pirata dejaron de ser sólidos y se fundieron, pero a temperaturas diferentes y la huella espectroscópica infrarroja del compuesto químico del producto apócrifo es distinta a la del original”, señala el informe de esa instancia.
Natural no significa inofensivo
Si a lo que usted le apuesta es a las yerbas, en los tianguis sobre ruedas y, principalmente en el Mercado de Sonora, se pueden conseguir plantas y preparados para todo encuentro sexual; Perita de Pino, Gobernadora, Damiana de California, Yohimbina, Ginseng y Mosca Española, por mencionar algunos.
Durante los últimos años, los productos herbolarios han tenido un gran auge en el mundo occidental, incluyendo a México, debido a que el público en general, e incluso algunos expertos, los consideran de acción terapéutica y con pocos efectos secundarios.
“El problema es que muchos de estos no tienen suficientes evidencias de su eficacia y seguridad, no cumplen con lo necesario para ser considerados como medicamentos y en ocasiones se comercializan cometiendo fraudes al consumidor por ser ineficaces, porque constituyen riesgos a la salud debido a sus efectos adversos” señala el informe Hacia una Política Farmacéutica Integral para México, emitido por la Secretaría de Salud.
Según el artículo 88 del Registro de Insumos para la Salud, “Los remedios herbolarios no contendrán en su formulación sustancias estupefacientes o psicotrópicas (...) u otras sustancias que generen actividad hormonal, antihormonal o cualquier otra sustancia en concentraciones que represente riesgo para la salud”.
Desde 1999, en nuestro país se prohibió el uso de más de 76 plantas para la elaboración de infusiones y suplementos alimenticios, debido a sus características de toxicidad. Entre estas están Larrea Tridentata, mejor conocida como Gobernadora y Pausinystalia Yohimbe, o Yohimbina.
Vaya a lo seguro
“Cuando no sabemos qué estamos tomando, siempre vamos a tener riesgos, todo depende del compuesto, de la sensibilidad de nuestro organismo y de la cantidad que tomemos. De manera que, por su puesto que pueden afectar tu salud. Si los medicamentos que conocemos tienen contraindicaciones, aún con todos los años de investigación que tienen de tras, estos medicamentos que no conocemos, pues probablemente aún más”, señala Gabriel Catalán.
De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, el impacto de los productos milagro “radica en el daño potencial que representan para los consumidores, quienes a partir de un engaño publicitario pueden no darse cuenta de que sufren una enfermedad, cuando alguna sustancia paliativa disfraza los síntomas de ésta”.
Las acciones emprendidas para poner en orden a los productos milagro y a los pirata, han sido algunas modificaciones a la ley General de Salud y la ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, a fin de que no se comercie con productos que contengan publicidad engañosa; se castigue hasta con 10 años de cárcel y se cobren elevadas multas a quienes violen tales disposiciones.
Además, las prescripciones médicas, herbolarias o incluso homeópatas, deben incluir en su presentación: el nombre del compuesto, la lista de ingredientes que componen dicha fórmula, la fecha de caducidad, las contraindicaciones y otros requisitos que contiene la Norma Oficial Mexicana sobre Etiquetado de Medicamentos Homeopáticos y Remedios Herbolarios.
De hecho, los verdaderos especialistas preguntan a sus pacientes cuáles son sus alergias y sin son sensibles a cierto tipo de medicamentos, antes de recetarles. En entrevista con este reportero, Gabriel Catalán aseguró que “el único objetivo de tantos y tantos productos para la disfunción eréctil que venden a granel, es el de ganar dinero, no importando la salud del paciente. Haz un análisis y verás cómo no les importa la salud del paciente”.
Pero en tanto no se eliminen estas prácticas comerciales, las muestras médicas que se venden en forma clandestina, las medicinas caducas y los productos apócrifos y piratas, seguirán provocando que la gente no acuda a un médico certificado, no concluya sus tratamientos, o se automedique con fármacos que sólo pueden utilizarse bajo estricta supervisión médica y pongan en riesgo su propia salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario