Suman 5 millones y medio de personas, pero apenas laboran un millón 167 mil
Sólo 3.6% concluye los estudios superiores: INEGI
"Hay una discriminación sutil", dice afectado
Shagal Cacho
En el país hay más de 5 millones y medio de personas con discapacidad, de las cuales 1 millón 167 mil están trabajando, pero no siempre obtienen remuneración y por lo general su sueldo no cubre sus necesidades.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 revela que más de la mitad de los discapacitados no reciben un sueldo suficiente; la mayor parte de sus ingresos provienen de fuentes ajenas a su empleo y sólo 43.9% de los varones obtiene la mayoría de sus ganancias del empleo. Ese indicador se reduce a 18% en las mujeres.
Gerardo Rodríguez, profesionista que quedó parapléjico en un accidente hace dos años, dice que a partir de ese momento sus gastos se elevaron más de 50%.
“En lo que principalmente he tenido que gastar es en reacondicionar mi casa y cosas muy básicas como la parte médica como con operaciones, equipo para rehabilitarme, medicamentos, artículos de higiene, etc”, abundó.
Para estas personas recibir educación formal y obtener trabajo como profesionista es una ilusión que normalmente no se hace realidad. Los datos más recientes publicados por el INEGI señalan que sólo 3.6% termina los estudios superiores.
Su imposibilidad de participar en la economía y aportar su fuerza de trabajo, se debe a varias causas: enfermedades no atendidas, opciones de educación, exclusión en las empresas, inaccesibilidad de los medios de transporte y falta de infraestructura urbana.
Algunas formas en que se discrimina a las estas personas se dan a través de maneras más sutiles como la segregación y aislamiento que resultan de la imposición de barreras físicas y sociales.
“Lo desafortunado es que en la mayoría de los casos no te dan la oportunidad de demostrar que tú puedes realizar tus actividades de una manera normal, como cualquier otro. Hay una discriminación sutil”, explicó Rodríguez.
Visión de costo-beneficio
Armando Ruiz, de la ONG Grupo de Personas con Discapacidad Organizadas Convencidas de Evolucionar, opina que la negativa de las empresas se debe a una desinformación generalizada en torno al tema de la discapacidad, pues en gran parte de los negocios: “piensan que se trata de una cuestión de costo-beneficio, sin saber que pueden tener ventajas, por ejemplo, en el tema fiscal”.
Francisco Cisneros, secretario técnico del Conadis, reconoce que esta segregación laboral “existe, y es una visión generalizada”, pero también asegura que cada vez hay más empresarios interesados en este sector como una inversión.
Instancias como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y oficinas estatales de empleo, y agencias como Manpower y Bumeran cuentan con programas para este grupo social.
Elizabeth Camarillo, directora de responsabilidad social de Manpower, dijo a MILENIO que cuenta con un programa llamado Caminemos Juntos para integrar laboralmente a este sector, que de 2001 a la fecha ha insertado al mercado laboral a 3 mil 500 personas.
El secretario técnico del Conadis asegura que nuestra sociedad se encuentra en “un parte aguas histórico” en este tema, pero reconoce la necesidad de “hacer una ley con dientes. Hoy por hoy no castigan a nadie. Si excluyes, está Conapred, pero no no hay facultad para sancionar”, concluyó.
México • Shagal Cacho López
martes, 20 de septiembre de 2011
Falta infraestructura en drenaje: SACM
Activan sistemas de alertas
Listo, protocolo de operación interinstitucional
Shagal Cacho López
El peligro de que se vuelva a desatar una lluvia como la del pasado 30 de junio en la zona conurbada del Valle de México, está latente y nuestro sistema de drenaje no está diseñado para atender lluvias de gran magnitud. Esto expresaron autoridades del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En entrevista con este medio, el director del SACM, Ramón Aguirre Díaz expuso que “el sistema de drenaje de la Ciudad de México no está diseñado para atender cualquier lluvia (…) A ver… yo tengo una ciudad que aguanta, en cualquier parte lluvias de 10 (milímetros), casi en todas partes lluvias de 20, pero donde llueva a 30 va a haber problemas (…) en la lluvia del 30 de junio, llegamos a tener un promedio de 55”.
Aguirre Díaz indicó que si bien, la infraestructura actual ha evitado catástrofes, en las que buena parte del Distrito Federal y el Estado de México se convertirían en prácticamente una cloaca, no es posible pronosticar la intensidad o frecuencia de los torrenciales, y existen condiciones que hacen al Valle de México, una zona especialmente vulnerable a lluvias como esa.
También, Miguel Ángel Vázquez Saavedra, director general de la división Valle de México de la Conagua, advirtió que sería peligroso un torrencial de ese tipo, ya que no hay precedentes de un evento igual, en los últimos 25 años.
Dijo que “si el día de mañana, o el mes que viene, nos azota otra lluvia de características tales que supere este registro, se nos va a complicar la vida, no obstante los esfuerzos que estamos haciendo en las labores de mantenimiento, porque el sistema hidrológico del Valle de México, ante esos fenómenos, está muy ampliamente superado”.
Protocolo de Operación Conjunta
Para evitar afectaciones mayores, la Conagua, la Comisión de Aguas del Estado de México (CAEM) y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México realizan trabajos de: desazolve; reparación de acueductos y del drenaje profundo, así como de operación vinculada en caso de ocurrir contingencias.
Existe un protocolo de operación que permite a las entidades coordinarse en acciones conjuntas para tiempos de contingencia. Éste opera cuando ocurren lluvias iguales o superiores a los ocho milímetros, en 27 registros de estaciones pluviométricas representativas en el Valle de México, las cuales trasmiten en tiempo real, el espesor de lluvia que se esté registrando.
Cuando el pronóstico de esas estaciones, registra un promedio pesado en lluvia, representantes de los tres organismos se juntan en un Centro Operativo del DF, para regular: estructuras de control, presas de agua y plantas de bombeo, con base en información transmitida en tiempo real, a través de radiocomunicación y teléfono.
Unidad Tormenta
Para la temporada de lluvias, el SACM mantiene un programa denominado Unidad Tormenta, consistente en el despliegue interinstitucional de recursos humanos y equipo, en el que intervienen además del propio SACM: la secretarías de Salud, de Protección Civil y de Seguridad Pública del DF, el Heroico Cuerpo de Bomberos, el DIF, la Oficialía Mayor y las delegaciones.
A través de un sistema de difusión, se hacen previsiones con base en los pronósticos meteorológicos, por cada dependencia, para que éstas realicen sus propios planes de respuesta inmediata; se ubica a equipos hidroneumáticos y de emergencia en 98 campamentos y se mantiene comunicación permanente, a través de un centro de mando.
El sistema de alerta se activa cuando surgen “lluvias de regulares a fuertes”; se despliegan 70 vehículos hidroneumáticos, así como 405 elementos humanos de trabajo en las 16 delegaciones; y también se dota de computadoras con acceso a Internet e impresoras que se van a enlazar al Programa a través del centro de información.
Es decir, las dependencias en Puesto de Mando del Agua tendrán acceso a una base de datos en encharcamientos, vía Internet, con un Reporte General de Lluvias y un Reporte por Delegación.
La población en general puede consultar un semáforo de lluvias y toda la información de ayuda proporcionada por el SACM, a través de la Unidad Tormenta, en Internet y en el teléfono de emergencia: 5654 3210.
Problemas no cotidianos
En los últimos tiempos, las lluvias del Valle de México han generado inundaciones cada vez más extensas, como consecuencia de: el cambio climático; la acumulación de desechos en el drenaje que dificulta desalojar las aguas residuales; el crecimiento demográfico y de la mancha urbana, así como la sobreexplotación de los mantos freáticos y el consecuente hundimiento de la ciudad.
De acuerdo con Ramón Aguirre Díaz, “lo que pasa es que hay un problema de infraestructura. Tenemos un sistema de drenaje, que puede sacar hasta 183 metros cúbicos por segundo de agua; en 1985, se podían sacar 280. O sea, aquí hay un problema de que tenemos más población y tenemos, más basura y menos capacidad de desalojo”.
Miguel Ángel Vázquez dice que “mientras no tengamos la capacidad suficiente y la educación suficiente de que la gente no tire basura en la calle y en los drenajes, seguirán ocurriendo afectaciones como la del 30 de junio y la del año pasado”.
Ambas instancias expresan que con la puesta en operación del Túnel Emisor Oriente, prospectado para iniciar su primera fase en 2012, habrá una capacidad de desalojar, en su primera etapa, 40 metros cúbicos por segundo de aguas residuales más, además del proyecto Emisor Poniente II, que se espera, entre en funciones para el 2013.
Listo, protocolo de operación interinstitucional
Shagal Cacho López
El peligro de que se vuelva a desatar una lluvia como la del pasado 30 de junio en la zona conurbada del Valle de México, está latente y nuestro sistema de drenaje no está diseñado para atender lluvias de gran magnitud. Esto expresaron autoridades del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En entrevista con este medio, el director del SACM, Ramón Aguirre Díaz expuso que “el sistema de drenaje de la Ciudad de México no está diseñado para atender cualquier lluvia (…) A ver… yo tengo una ciudad que aguanta, en cualquier parte lluvias de 10 (milímetros), casi en todas partes lluvias de 20, pero donde llueva a 30 va a haber problemas (…) en la lluvia del 30 de junio, llegamos a tener un promedio de 55”.
Aguirre Díaz indicó que si bien, la infraestructura actual ha evitado catástrofes, en las que buena parte del Distrito Federal y el Estado de México se convertirían en prácticamente una cloaca, no es posible pronosticar la intensidad o frecuencia de los torrenciales, y existen condiciones que hacen al Valle de México, una zona especialmente vulnerable a lluvias como esa.
También, Miguel Ángel Vázquez Saavedra, director general de la división Valle de México de la Conagua, advirtió que sería peligroso un torrencial de ese tipo, ya que no hay precedentes de un evento igual, en los últimos 25 años.
Dijo que “si el día de mañana, o el mes que viene, nos azota otra lluvia de características tales que supere este registro, se nos va a complicar la vida, no obstante los esfuerzos que estamos haciendo en las labores de mantenimiento, porque el sistema hidrológico del Valle de México, ante esos fenómenos, está muy ampliamente superado”.
Protocolo de Operación Conjunta
Para evitar afectaciones mayores, la Conagua, la Comisión de Aguas del Estado de México (CAEM) y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México realizan trabajos de: desazolve; reparación de acueductos y del drenaje profundo, así como de operación vinculada en caso de ocurrir contingencias.
Existe un protocolo de operación que permite a las entidades coordinarse en acciones conjuntas para tiempos de contingencia. Éste opera cuando ocurren lluvias iguales o superiores a los ocho milímetros, en 27 registros de estaciones pluviométricas representativas en el Valle de México, las cuales trasmiten en tiempo real, el espesor de lluvia que se esté registrando.
Cuando el pronóstico de esas estaciones, registra un promedio pesado en lluvia, representantes de los tres organismos se juntan en un Centro Operativo del DF, para regular: estructuras de control, presas de agua y plantas de bombeo, con base en información transmitida en tiempo real, a través de radiocomunicación y teléfono.
Unidad Tormenta
Para la temporada de lluvias, el SACM mantiene un programa denominado Unidad Tormenta, consistente en el despliegue interinstitucional de recursos humanos y equipo, en el que intervienen además del propio SACM: la secretarías de Salud, de Protección Civil y de Seguridad Pública del DF, el Heroico Cuerpo de Bomberos, el DIF, la Oficialía Mayor y las delegaciones.
A través de un sistema de difusión, se hacen previsiones con base en los pronósticos meteorológicos, por cada dependencia, para que éstas realicen sus propios planes de respuesta inmediata; se ubica a equipos hidroneumáticos y de emergencia en 98 campamentos y se mantiene comunicación permanente, a través de un centro de mando.
El sistema de alerta se activa cuando surgen “lluvias de regulares a fuertes”; se despliegan 70 vehículos hidroneumáticos, así como 405 elementos humanos de trabajo en las 16 delegaciones; y también se dota de computadoras con acceso a Internet e impresoras que se van a enlazar al Programa a través del centro de información.
Es decir, las dependencias en Puesto de Mando del Agua tendrán acceso a una base de datos en encharcamientos, vía Internet, con un Reporte General de Lluvias y un Reporte por Delegación.
La población en general puede consultar un semáforo de lluvias y toda la información de ayuda proporcionada por el SACM, a través de la Unidad Tormenta, en Internet y en el teléfono de emergencia: 5654 3210.
Problemas no cotidianos
En los últimos tiempos, las lluvias del Valle de México han generado inundaciones cada vez más extensas, como consecuencia de: el cambio climático; la acumulación de desechos en el drenaje que dificulta desalojar las aguas residuales; el crecimiento demográfico y de la mancha urbana, así como la sobreexplotación de los mantos freáticos y el consecuente hundimiento de la ciudad.
De acuerdo con Ramón Aguirre Díaz, “lo que pasa es que hay un problema de infraestructura. Tenemos un sistema de drenaje, que puede sacar hasta 183 metros cúbicos por segundo de agua; en 1985, se podían sacar 280. O sea, aquí hay un problema de que tenemos más población y tenemos, más basura y menos capacidad de desalojo”.
Miguel Ángel Vázquez dice que “mientras no tengamos la capacidad suficiente y la educación suficiente de que la gente no tire basura en la calle y en los drenajes, seguirán ocurriendo afectaciones como la del 30 de junio y la del año pasado”.
Ambas instancias expresan que con la puesta en operación del Túnel Emisor Oriente, prospectado para iniciar su primera fase en 2012, habrá una capacidad de desalojar, en su primera etapa, 40 metros cúbicos por segundo de aguas residuales más, además del proyecto Emisor Poniente II, que se espera, entre en funciones para el 2013.
El Canal Nacional, sediento de recursos
Urgen declaratoria ambiental
SACM “distrae” dinero para conservarlo
Shagal Cacho López
La organización civil Bartola Axayácatl asegura que este sistema tiene un gran valor ecológico, cultural y recreativo, por lo que exige mayor cuidado.
El Canal Nacional es uno de los pocos caudales a cielo abierto que quedan en la Ciudad de México, pero la mayor parte del año está sucio debido a la basura que tiran a diario los transeúntes y por la falta de un decreto ambientalista que le garantice recursos, vigilancia y mantenimiento constante.
Aunque cada año el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) le asigna un presupuesto superior al millón de pesos para su limpieza, el lugar requiere ser catalogado como Área Natural Protegida, debido a la importancia recreativa y de valor ambiental que reviste, asegura Daniel Ávila Acosta, dirigente de la organización civil Bartola Axayácatl:
“El Canal Nacional tiene un gran valor ecológico, de patrimonio cultural y recreación social, pero se encuentra muy desaprovechado porque requiere un programa ecológico que lleve seguimiento constante, que sea realmente atendido por autoridades y la ciudadanía”.
En aras de conservarlo como un espacio de encuentro comunitario y beneficio ecológico para la zona, organizaciones de colonos, tanto del lado de Coyoacán como de Iztapalapa, organizan jornadas de limpieza en algunos tramos de los aproximadamente 10 kilómetros de longitud que mide.
“Gracias a ello tenemos un embarcadero, infraestructura de agua tratada y un muro de gavión, entre otras mejoras, pero antes estaba todavía más deteriorado; era una espacio donde la gente lo utilizaba como tiradero”, dice el activista.
La última limpieza profunda dentro del cauce, fue de marzo a junio de este año. Para ello, el SACM contrató a la empresa Construcciones y Servicios Jama, con una inversión de 1.6 millones de pesos. Pero ese dinero pareciera estar enterrado entre desechos inorgánicos, cascajo y animales muertos que la ciudadanía arroja al cauce todos los días.
El director del Sistema de Aguas, Ramón Aguirre Díaz, dijo a MILENIO que su dependencia aporta recursos para conservar vivo el cuerpo de agua, “pero a costa de distraer recursos, para un tema que en realidad no es nuestra función. Lo más fácil es que el sistema de aguas acepte que le entremos —y cada año le entramos—, pero estamos gastando un dinero que se le está quitando a un área que sí nos corresponde”.
“Con ese millón y medio puedes cambiar más de un kilómetro de tuberías que tengan fuga o puedes instalar drenaje en una parte de la ciudad que no lo tenga o que esté fracturado”.
Rescate olvidado
En 2006, el Canal Nacional llamó la atención de las autoridades como respuesta a las peticiones de apoyo que hacían los vecinos de las delegaciones Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa, pues son ellos quienes lo han conservado con sus propios recursos y trabajo comunitario.
En esas fechas, MILENIO y otros diarios dieron cuenta de los compromisos asumidos por el entonces jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, y de las labores que se llevaron a cabo para el denominado Rescate al Canal Nacional, catalogado como un proyecto emblemático de dicha administración.
En mayo de 2008 se firmó un convenio entre la Secretaría del Medio Ambiente (SMA), el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), las delegaciones Iztapalapa y Coyoacán, y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), para su vigilancia y mantenimiento.
A diferencia de antes, el canal ahora tiene bardas, alumbrado público, un solo embarcadero para limpiar el cauce y el agua está un poco más limpia, pero el convenio caducó en febrero de 2010.
SACM “distrae” dinero para conservarlo
Shagal Cacho López
La organización civil Bartola Axayácatl asegura que este sistema tiene un gran valor ecológico, cultural y recreativo, por lo que exige mayor cuidado.
El Canal Nacional es uno de los pocos caudales a cielo abierto que quedan en la Ciudad de México, pero la mayor parte del año está sucio debido a la basura que tiran a diario los transeúntes y por la falta de un decreto ambientalista que le garantice recursos, vigilancia y mantenimiento constante.
Aunque cada año el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) le asigna un presupuesto superior al millón de pesos para su limpieza, el lugar requiere ser catalogado como Área Natural Protegida, debido a la importancia recreativa y de valor ambiental que reviste, asegura Daniel Ávila Acosta, dirigente de la organización civil Bartola Axayácatl:
“El Canal Nacional tiene un gran valor ecológico, de patrimonio cultural y recreación social, pero se encuentra muy desaprovechado porque requiere un programa ecológico que lleve seguimiento constante, que sea realmente atendido por autoridades y la ciudadanía”.
En aras de conservarlo como un espacio de encuentro comunitario y beneficio ecológico para la zona, organizaciones de colonos, tanto del lado de Coyoacán como de Iztapalapa, organizan jornadas de limpieza en algunos tramos de los aproximadamente 10 kilómetros de longitud que mide.
“Gracias a ello tenemos un embarcadero, infraestructura de agua tratada y un muro de gavión, entre otras mejoras, pero antes estaba todavía más deteriorado; era una espacio donde la gente lo utilizaba como tiradero”, dice el activista.
La última limpieza profunda dentro del cauce, fue de marzo a junio de este año. Para ello, el SACM contrató a la empresa Construcciones y Servicios Jama, con una inversión de 1.6 millones de pesos. Pero ese dinero pareciera estar enterrado entre desechos inorgánicos, cascajo y animales muertos que la ciudadanía arroja al cauce todos los días.
El director del Sistema de Aguas, Ramón Aguirre Díaz, dijo a MILENIO que su dependencia aporta recursos para conservar vivo el cuerpo de agua, “pero a costa de distraer recursos, para un tema que en realidad no es nuestra función. Lo más fácil es que el sistema de aguas acepte que le entremos —y cada año le entramos—, pero estamos gastando un dinero que se le está quitando a un área que sí nos corresponde”.
“Con ese millón y medio puedes cambiar más de un kilómetro de tuberías que tengan fuga o puedes instalar drenaje en una parte de la ciudad que no lo tenga o que esté fracturado”.
Rescate olvidado
En 2006, el Canal Nacional llamó la atención de las autoridades como respuesta a las peticiones de apoyo que hacían los vecinos de las delegaciones Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa, pues son ellos quienes lo han conservado con sus propios recursos y trabajo comunitario.
En esas fechas, MILENIO y otros diarios dieron cuenta de los compromisos asumidos por el entonces jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, y de las labores que se llevaron a cabo para el denominado Rescate al Canal Nacional, catalogado como un proyecto emblemático de dicha administración.
En mayo de 2008 se firmó un convenio entre la Secretaría del Medio Ambiente (SMA), el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), las delegaciones Iztapalapa y Coyoacán, y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), para su vigilancia y mantenimiento.
A diferencia de antes, el canal ahora tiene bardas, alumbrado público, un solo embarcadero para limpiar el cauce y el agua está un poco más limpia, pero el convenio caducó en febrero de 2010.
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